En medio de la temible obscuridad,
se encuentra un alma fatigada y abatida,
tras la persecusión por el malvado ángel de la maldad,
lanzando llamas de maldiciones para acabar con su vida.
Llora desconsoladamente, en sus ojos hay terror,
los minutos estan contados, el frío se apodera de el lugar,
cae de rodillas al suelo implorando que escuche su clamor,
el ángel sediento de almas le prefiere condenar.
En su último suspiro, sin esperanzas a vivir,
se escucha una voz con autoridad,
una voz jamás escuchada,
sin saber quien era, sentía que no lo dejaría morir,
su alma sería rescatada.
Con su omnipotencia detuvo al ángel de la maldad,
su poder lo devolvió al mundo infernal,
le miró a los ojos y le dijo, mi nombre alabad,
Soy Dios, quien te ha perdonado por tu clamor, tu nombre he de exaltar.
\"Quien cree en mi, tendrá vida eterna\"