Miro tu fotografía para encontrar algún consuelo,
Te escribo poemas de amor en mis noches de desvelo
Y no logro tener ningún motivo, una razón para seguir viviendo,
Solo consigo un lento suspiro que se lo lleva el viento.
A pesar de que hubiera mil maneras,
Ya no sé qué hacer para poder olvidarte,
Si tan solo por un instante creyeras
Que mi corazón aún no deja de adorarte.
Pero, en fin, así es la vida
Y tengo que seguir viviendo con mi agonía,
Porque sé que ya no regresaran aquellos días de ternura,
De gran amor, de tu dulce compañía.
Y en cada día, en cada instante
Emerge un “te amo” de mi corazón,
Que intenta llegar al confín constante
De tu alma bella, llegar al confín de tu radiante esplendor
Que sacia a mi espíritu de colosal inspiración.
Pero no logro ver el final
De este martirio,
El final de este calvario,
Solo logro ver una herida fatal
Que calcina, que consume
Y que me lleva al camino del delirio.
Solo me tendré que conformar con idolatrarte
Y seguir con este desmesurado amor,
Viendo y hablándole a ese papel plasmado
Con tu rostro inmaculado como un Dios.
C.A.B.L. “RUISEÑOR”