Te vi antes de que llegaras; tu sombra estaba delante de mí envuelta en tinieblas, traía consigo tu respiración pesada y cálida, que, volcándome el corazón desembocado, trajo a mi las ansias de querer marcharme, huir de esta noche tranquila, escabullirme de ese silencio casi palpable y maldito....
Never more leí, en las páginas que traía entre manos, tan fuera de contexto que, como un conjuro, invocaron tu sombra, esperando a tu cuerpo, vigilando impetuoso, posándose en mi alma como un lúgubre tormento...
Never more, y entre dientes maldije a Poe y a su desgraciado cuervo, que ahora fuera de lugar, impacientes, traían a mi este mar de sentimientos oscuros, devorando lo poco que me quedaba de calma, tentando mi alma, manchando mi espíritu de la sangre hirviendo que nunca fue derramada...
Never more, y escuche tus pasos acercándose, sonido seco, andando con cautela, sorteando a tu sombra que desesperada por tu ausencia se precipitaba a tus pies... Ante mi, por fin, tu mirada casi gris embriagaba la nostalgia que nos cubría, momento solemne en el que el tiempo se detuvo para poder guárdarlo como un tesoro prohibido en el fondo de nuestra esencia marchita... Y de pronto, caí en la cuenta de esta maligna premonición, que desde antes nos acechaba, que desde siempre tenia como telón final la catástrofe, el fatalismo del olvido...
Merme a mi corazón, tome ese momento entre mis manos como a un libro, y camine evitando toparme con tu mirada, susurrando apenas, con un nudo en las entrañas, nuestro propio y maltrecho never more...