Venía fugándose de algo, de alguien.
en la más oscura y,
más helada madrugada de
todos los tiempos,
De repente los vio allí,
envueltos por el viento,
en un rincón opuesto,
Desprovisto de solidaridad,
pero lleno de desdichas.
Acurrucados en su propio dolor.
Sintió frío , sintió calor.
En la superficie de su ser.
Giró y se topó con su propio rostro.
Avejentado, recién nacido.
Quiso dar el primer paso,
para ingresar en aquél espejo,
resbaló y cayó hacia un pozo,
que ya no tuvo fondo.
Alguien en sí clamaba por salir.
Un rugir sediento se hizo eco
en aquel pozo:
\"El animal que maltrate
siempre fui yo
y ahora salir de mi
ya no podría impedir\"
Quiso estrangular a la bestia antaño,
luego se encontró vencido.
Ante su fuego rendido.
Acariciando su belleza aciaga.
Sus ajadas manos de siglos ,
tomaron sus mechones mustios,
y se lo llevaron arrastrado,
junto a la familia.
Más allá, sobre la mar,
buques de guerra,
resuenan sus cañones,
que habrán de aturdir,
para siempre o,
hasta el fin de los tiempos.
Vuestros oídos.