A lo lejos pero a la vez tan cerca,
lanzas esa mirada desnuda
brindando un destello de luz esperanzadora.
Tu cuerpo como un faro, guia mis deseos,
abriendo camino entre las olas mortales,
que llevan mi alma como un velero.
Perdida entre tus besos,
sin mapa, sin estrellas en el cielo,
pues te encargaste de bajarlas
con cada dulce caricia.
Mis labios han saboreado
tu alma, y ahora puedo decir,
-Capitan ya hemos tocado tierra,
llegamos a mi destino-.