orlandomagno

SatanĂ¡s y Orlando Magno

Primera escena

Satanás: ¿Porque finges mi presencia?

¿Acaso evitas refutar mi razonamiento? 

¿Acaso no sé quién eres?

Jaaaaaa, jaaaaaa,  jaaaaaa. Parece una comedia tanto silencio.

Ustedes los vivientes desconocen tantas cosas y se creen tan sabios. Pues haceis mofa de saber comprender la esencia del lenguaje, pero no sois más que hombres perdidos en el desierto.

Orlando MAGNO: Así como percibo a los hombres, percibo la presencia de aquel que piensa.

No es conveniente menospreciar a quien dialoga con Dios. O ¿Job se te hace familiar? O acaso olvidaste aquella conversación que tuviste con Dios para conocer a dicho hombre?

En cuanto a tu razonamiento evitare refutarte. No desconozco que conoces la imagen verdadera del lenguaje, pues los discursos políticos, científicos, religiosos y consumistas, son obra de arte tuya. Motivo por el cual los hombres levantan tu imagen.

Así como no dejo de examinarme, no dejo de hacerlo contigo.

Satanás: Ya que conoces mis acciones, te contare algo. Separo a las familias distanciando a los hijos  de sus padres. Ahora mira este cuadro: un hombre y una mujer en diferentes partes del mundo, crecieron rodeados del amor de su padre y de su madre. Una gran fortuna, ¿No lo crees? ¿O dudas que no a todos se les permitirá crecer con sus dos padres? Pues a cada hombre le hare distintas obras para destruirlos.  

Un leve silencio..............................................................................

Orlando MAGNO: ¿Porque tanto silencio? ¿Acaso no parece esto una comedia?

Satanás: Vosotros los filósofos sabéis guardar, lo que todo el mundo menosprecia. Hacéis mis preguntas a favor tuyo. Pero no soy hombre para que logres apartarme de la memoria.

Sigamos: Cuando cada uno de ellos fue viviendo su propia existencia, se hicieron novios, junte a personas que odiaran a sus padres, y así cuando ya eran esposos, hice que poco a poco se olvidaran de sus propios padres, a si dejaron de visitarlos cada ocho días, cada quince, cada mes, cada dos meses, hasta que finalmente el tiempo termino de hacer mi trabajo. ¿Qué piensas?

Orlando MAGNO: Pienso que el hombre y la mujer de aquella historia, habían dejado su sangre muerta. Puesto que se separaron tanto de sus padres, que sus hijos no conocieron su raíz, su linaje, su fuente. Por ende, si desconocen a sus abuelos, la sangre estará muerta.

Satanas: ¿Y qué propones desgraciado viviente?

Orlando MAGNO: Que los hombres y las mujeres cuando se casen. No pierdan el deseo de visitar a sus padres, que cada dos meses, si es posible y el espacio de las casas lo permite. Los hombres lleven a sus mujeres y a sus hijos, a dormir una noche del día sábado a las casas de sus padres. Así las mujeres y los hijos de tales hombres, tan solo una noche, aquella parte de la mañana y una muy mínima parte de la tarde del día domingo, puedan experimentar la autoridad que formo a sus padres, entonces los nietos respetaran a sus abuelos. Por otra parte, las mujeres de aquellos hombres de bien, aprenderán a respetar y amar a sus suegros. Al volver a casa, las mujeres y los hijos, sentirán que no solo la dignidad del varón los acompaña, tambien la dignidad de su padre y de su madre.

Satanás: ¡Iluso!  Entonces hare que la nuera se involucre en chismes, que juzgue las cosas que pasan en la casa de los padres de su esposo, y que hable mal de ellos en presencia de los niños. Pues mis obras de arte sobrepasan al romanticismo. Al fin, eres un simple hombre, por eso tratas de limitarme. Cuando las limitaciones son imposición mía,  cosa que vosotros los vivientes aceptáis.

Orlando Magno: No negare que soy un hombre limitado al espacio y al tiempo de esta dimensión. Como tampoco negare, el privilegio que le será dado a los hombres de bien por parte de Dios. Por ello, Dios hará que mi propuesta sea real.

Y como tú mismo ya lo dijiste, el hombre prudente sabrá como debe mostrar las artimañas que tu utilizaras para separar a las familias, a fin de que la sangre este muerta.

SATAN: Se levanta del sofá, y dice: hombre prudente, ignoras las obras que  he formado para ti. Tiembla desgraciado viviente que nada más te será revelado.

Orlando Magno: Abre lentamente los ojos y dice en su corazón: Dios ¿Acaso soy hombre sabio, para que me permitas escuchar lo que no me corresponde saber?

Una luz Brilla........................................

Dios: ¿A Caso no revelo las cosas a quien me place? no dejas de ser un hombre. Falto de entendimiento y de poca percepción. Levántate que deseo enseñarte aquellas cosas que ignoras del bien.

La noche desaparece................ Alguien sale a dar un paseo........... ¿Un sabio? ¿Un rey? Una voz que grita fuerte.......¡No!...Es \" ORLANDO MAGNO\", el más simple e ignorante de los mortales del siglo XXI.

José Orlando Melo Naranjo, Bogotá, Colombia.