Parado en una fría y bulliciosa orilla,
atrapado en los problemas eternos del día a día,
me han sorprendido unos lánguidos ojos de una triste niña,
que extendía hacia mi sus delgadas y sucias manos vacías...
- Una moneda, por el amor de Dios - me pedía -,
Llevo sin comer señor, ya hace varios días.
Y mi hermanito menor está muy enfermo,
Y no tenemos para comprarle sus medicinas.
Trata ella de sonreír, aunque su rostro muestra padecimiento,
Sus cabellos sucios, están mal atados en una trenza amorfa,
Sus ropas viejas y los zapatos rotos, y en una mano una especie de muñeca,
Y en sus ojos una mirada de inocencia y de esperanza aún no perdidas.
Le regale una moneda o dos, y una golosina que tenía, ya no lo recuerdo,
Pero ella saltó feliz al recibir esta pequeña propina y más por la golosina.
Me agradeció de mil maneras, y se fue corriendo, a algún lugar
Que estaba lejos de donde yo estaba parado aquel día.
Mi corazón y mi alma lloraban estremecidos,
Al no poder comprender la razón para el sufrimiento de algunos pequeños.
Por qué? Es una pregunta a la que nunca he podido encontrar respuesta.
No es acaso por amor que engendramos a los niños?
Dime Dios, Tú que eres tan justo y sabio, por qué deben perder su inocencia,
tantos niños pequeños, y sufrir agravios? Pasar hambre, vivir en la calle, ser maltratados?
O es que acaso hace tiempo que nos convertimos en otra cosa y ya no somos humanos?
Puede alguien explicarme, por favor, lo que con nuestra especie esta pasando?