TU ENCANTO
El prodigio de tu alma me consiente,
el cáliz de tu calma es mi paciencia,
el iris de tus ojos tu elegancia
y el mismo cielo azul, es nuestra fuente.
Con su ósculo el amor nos adormece
cual bando de cisnes que en raso nada
sobre tu piel de menta enamorada
que eriza en su frescura y se estremece.
No hay trino más preciado que tu canto
no hay austro más sereno que tu risa,
!qué decir, de tu piel y de tu encanto!
que al sentirlo enaltece mi sesera.
!Qué cotejo alguno!, ninguna brisa
ni el numen verde, de la primavera.
Lebusla
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