Allá en lo alto de la montaña,
Presa, con los grilletes de unos brazos,
Torturada con el recuerdo
De aquéllos ardientes besos,
Con ese crujir de mis sensibles huesos
Y el sonido sutil de mis jadeos...
Apareció iluminado por la luz de las estrellas
Era blanco alado, y en la crin
Llevaba transparente el arcoíris.
Detuvo su vuelo llegando a la cima,
Sus alas se convirtieron en dos vigorosos brazos
Su semblante reflejaba la calidez del cielo...
Vino a mi rescate, ya no más tristes recuerdos,
los grilletes los convirtió en lazos blancos,
y me hizo sentir sus apasionados besos,
Se escuchó nuevamente el crepitar de aquéllos huesos...
ya no estoy cautiva del recuerdo
llegaste, y transformaste con tus alas mis sueños.
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Elizabeth A.Castillo Mtz./Liaazhny