Y amaras a otro hombre
en un mañana próximo
yo, me voy lejos,
de frente hacia el olvido.
y si alguien me nombra,
fingirás no haber oído.
Amarás a otro hombre,
al paso del tiempo
este amor finaliza,
y es natural que pase
porque lo que fue una brasa
acaba convirtiéndose en ceniza.
Aunque ninguno de los dos
lo quiera esta historia llegó
a su inevitable final,
se envejecen las vidas
y las cosas pasan por igual,
y es natural también
que en otoño los rosales
secos quedaran.
Es natural, por eso estoy seguro,
que amarás a otro hombre,
y está bien, la vida sigue,
si ya olvidaste mi último beso,
no debiera importarme con quién,
pero quizás, en algún momento,
escuchando una canción,
sentirás que esa melodía
acelera el ritmo de tu corazón
o al usar algún vestido
que yo te condecore
se ruborizaran tus mejillas
y en el olor del jardín mojado
has de pensar en mí.
Cuando en un gesto ajeno
reconozcas mi modo de mirar,
pensaras quizás, en que calles
he de estar o si soy esa hoja seca
que el viento vuela al azar.
Y de alguna manera
tendrás que recordarme,
sin querer o queriendo,
escuchando unos pasos
fuera de tu puerta como los míos
cuando caía el atardecer,
en algún momento será,
no importa cuándo o dónde,
porque el amor se parece al viento,
a veces parece haberse ido
pero siempre termina por regresar.
Y si en ese momento suspiras
y él te pregunta por qué,
invéntale una mentira
para que no sepa por quien fue,
para que él no sienta mi huella
en ese amor antes tan mío
y que ya perdí; y que sepa
que aunque te pueda amar
más que yo no podrás amarlo
más que a mí.