Sobrevivo pese a las ausencias,
las necesidades,
las adversidades,
porque sobrevivir es eso,
levantar piedras cada día en el camino,
arrinconar aquello que no necesito
y avanzar hasta que mi cuerpo diga, hemos llegado.
Sobrevivo,
apoyado en la tierra,
subido a una nube,
colgado de tus labios,
inclinado en tu costado,
y avanzo, hasta tus manos.
Sobrevivo,
al frio, a la lluvia, a las tormentas, al calor, al miedo.
Sobrevivo a las palabras,
cuando están escritas en un orden equivocado,
no intento ordenarlas, las dejo en esta tierra redonda,
por si al moverlas, caen rodando.
Sobreviviré el tiempo necesario,
que la primavera le dé, a mis almendros
y tus besos, a mis labios.