Que sangren nuestros labios,
Que tiemblen nuestros cuerpos,
Que pare el corazón.
Que se nublen los ojos,
Que giman nuestros pechos,
Que expire la razón.
Que nuestro cuerpo etéreo
De la carne desprenda
Y que alcancemos juntos
El clímax del amor.
Y al contacto sublime
De tu cuerpo y el mío,
Se escuchen desde el cielo
Los ángeles cantar.