Corcel negro
Cuanta locura existió en mi corazón,
desde el momento en que te conocí,
sentí una pasión inmensa correr por mis venas.
Fue tan grande mi deseo de sentir,
sus manos sobre mi piel,
que sin pensar más monte mi corcel negro
y a su encuentro me encamine.
Al llegar a su lado... sin palabra alguna
tan sólo le abrace besándole con
pasión desmedida y mi deseo de amor consume.
Hoy solo queda la utopía de esa locura
que con amor y pasión vivimos en esa tarde
de pasión frente al ocaso del sol,
sin más testigos que mi bello corcel negro.
Guadalupe Vargas
Monterrey Nuevo León México
9 de junio del 2016