¿Cómo, mi amor, dejarte de pensar?,
es la respuesta que anhelo encontrar.
Pues en mi mente no habita otra cosa,
que tu figura, siempre tan hermosa.
Por las noches evoco tu sonrisa
fresca, tierna y suave como la brisa.
Evoco también tu dulce mirada,
de cuando estabas de mí enamorada.
Quiero aprender también a no soñar.
Si es posible, incluso, dejar de amar.
Porque en mis sueños te dedico un “te amo.”
callas, una palabra tuya clamo.
Sólo queda tu recuerdo en mi mente,
y excusas de que no supe quererte
de la manera que tú me pedías.
Y no volveré a tenerte jamás.
Así ha querido ser mi mala suerte,
y mi única salida, será la muerte.