En la alcoba
hay dos maletas vacías
y un reloj parado en el armario,
libretas gastadas en una mesa polvorienta
y todos mis deseos brotando en el balcón,
cuando entres por esa puerta
el brillo de mi pobreza sabrá deslumbrarte,
y detrás de estos ojos
un hombre herido,
si te vas,
volverá a imaginarte.
P.M Pedro Monroy Gemio