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UTOPIAS

UTOPÍAS

Observé las estrellas

En la noche de cielo despejado,

Y comenté con ellas

Estar obsesionado

Por las quimeras que siempre he soñado.

 

Soñé que era un olivo,

Con su tronco regado con la sangre

Del obrero cautivo,

Del niño miñambre,

De raíces hundidas en el hambre.

 

Y, soñé, por soñar,

Que mi fruto servía de alimento

Para poder calmar

Su eterno descontento,

Que aliviaba su amargo sufrimiento.

 

Soñé que era un torrente

Con las aguas teñidas de escarlata

Por esos combatientes

Caídos como ratas,

Calzados de sencillas alpargatas.

 

Y, soñé,  por soñar,

Que mis aguas saciaban su morir,

Y que su batallar

Por un mejor vivir,

De nuevo al pueblo hacía resurgir.

 

Soñé que era un halcón

Sobrevolando áridas mesetas,

Que, con su cerrazón,

Sembró el hombre de grietas,

Antes de bichos y plantas repletas.

 

Y soñé, por soñar,

Que traía el respeto de otros lares

Para enseñar a amar

La Tierra y sus lugares;

Con su fauna, sus bosques y sus mares.

 

Soñé que era la luna

En países sumidos siempre en guerras,

Sin esperanza alguna,

Países que destierran

A los que sufren en su propia tierra.

 

Y soñé, por soñar,

Que alumbraba la paz en estas tierras,

Que volvía a brotar

Acabada la guerra,

La concordia con todo lo que encierra.

 

Y, al pronto, las estrellas,

Incapaces de darme una respuesta

Marcharon todas ellas,

Dejando descompuesta

Mi alma, en premonición funesta.

 

Junio de 2016

Jose Cruz SainzAlvarez