El dìa se presenta algo nublado en la ciudad, Marian espera impaciente una llamada mientras organiza un maletìn con algunas prendas de vestir y algunos cosmèticos, guarda todo en el auto y repica el celular. -Hola esperaba tu llamada para salir, ¿como estas Ricardo? -Hola Marian, como te dije decidì viajar al amanecer, ya estoy en el lugar que acordamos, te espero amor, toma precauciones en la montaña mucha neblina y una constante llovizna, -descuida nos vemos pronto amor. La carretera ofrece un hermoso paisaje con àrboles que le adornan a su paso. Ahora no piensa en nada solo respira el aire puro de la montaña y disfruta de aquel silencio. De pronto la caìda de un àrbol la saca de sus pensamientos, justo en el cruce de una curva obstruye totalmente el paso, frena perdiendo el control del volante y queda al borde del abismo en la carretera. Los nervios la traicionan y ante la sorpresa queda atònita no puede creer lo que acaba de vivir, no coordina ideas solo se queda frente al volante observando el gran àrbol frente a ella. El resto de los autos comienza a frenar. -Hèy parece que la chica esta en shock aun no baja del auto, vamos a hablar con ella. -Hola señorita, como se siente, hemos visto la maniobra que tuvo que hacer para no chocar con el àrbol, serà mejor que baje del auto y tome un poco de aire. Se acerca otro conductor y avisa que ha empezado a llover con mas fuerza, y serà mejor que intente todos ponerse de acuerdo para retirar la obstrucciòn de la carretera. -Afortunadamente siempre traigo en la maleta de mi vehìculo una herramienta cortante para estos casos, invito a todo el que quiera colaborar para salir lo mas pronto de aquì, si comienza a llover con mas fuerza nos las veremos muy mal, la fuerza de arrastre de las aguas trae peñascos y mucho mas, -pues manos a la obra. Entre un fuerte aguacero todos tiraban ramas a un lado de la carretera, mientras otros cortaban el tronco. Marian exausta se dirije al auto en el preciso momento que baja un torrente de agua arrastrando todo a su paso. Recobra el conocimiento en una total oscuridad escucha gente gritando y el sonar de sirenas a lo lejos. -Calma ya vienen por nosotros es cuestiòn de tiempo, la oscuridad no les deja ver. Y asì pasaron las horas hasta el amanecer. La lluvia es constante y apenas logra ver entre el barro una ambulancia y escucha el llanto de un niño llamando a su mamà, entonces reacciona en busca de la voz, logra ver la carita que se asoma por la ventana de un auto, que se encuentra en el lodo. -Ya estoy aquì mi niño, no llores. Lo toma en sus brazos y lo abraza con fuerza, de pronto escucha mas voces a lo lejos que gritan -¿¡Hay alguìen allì!?, -Si, estamos aquì, ¡auxilio!. -Enseguida mas sobrevivientes atados con cuerdas llegaron a su lado. -Gracias, pense que ya no quedaba nadie con vida. -Ate la soga a su cintura y paseme al niño para llevarlo en mi espalda. El niño no querìa soltarla, Marian le dice: -hijo ve con èl o caeremos los dos, ya no me quedan fuerzas. Nuevamente llego la noche y buscan un lugar donde dormir, ahora se encuentran pèrdidos en la montaña.
y la vida continua...