¡Oh! París, París
aunque tu cielo esté gris
tus colores no destiñes
en tu ciudad los ciñes.
La fragancia del amor
en el aire se esparce
con la pasión
se hace engarce
todo renuevas sin dolor.
Tu majestuosa Eiffel
prolonga su vida
en altura, atrevida
donde nace el amor
de embelesado doncel.
El floreciente Sena
que a tu corazón parte
mostrando todo arte
entre arpegios y verbena.
Muestras humilde al mundo
tu esplendorosa y sutil belleza
entre amores sin querellas
plasmado sobre óleo
la gracia de un bohemio
caminante vagabundo.
¡Oh! París, París
aunque tu cielo esté gris
tus colores no destiñes
en tu ciudad los ciñes.
Autor: Jorge Aimar Francese Hardaick
- Argentina - 10-06-2016
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