Ponerme, quiero, una cita, con todos los elementos,
para reunirlos íntegros, abrazados en un verso;
por descubrir el arcano, van mis sentidos hambrientos:
¡y sé que adentro de mí, se condensa el universo!
A mi ser tengo apiñados, en bandada, muchos días,
y por eso a veces pienso, que hace rato soy eterno;
mis células interpretan, las más gratas melodías:
¡es la música que traigo, desde el mismo vientre tierno!
En un barco haciendo agua, solitario he navegado,
con los remos destrozados, a causa del temporal;
aunque sople el viento en contra, no me veréis naufragado:
¡así como vuestra suerte, ha sido la mía igual!
Quiero ahora recordaros, mis queridos compañeros,
bardos de todos los tiempos, que habéis sabido triunfar;
fuisteis todos vates buenos, incluso en tiempos austeros:
¡como epígonos os tengo, me habéis enseñado a amar!
Sin vuestra palabra el mundo, por los siglos sería yermo,
y la belleza existente, jamás llevaría nombre:
los vivientes en la tierra, un pueblo estéril y enfermo:
¡pues el verbo en creación le dio el origen al hombre!
Siempre han sido la constante, las envidias y traiciones,
y el dolor cual dividendo viciosos nos repartimos;
¿cuándo, por Dios -- me pregunto -- se impondrán sanas razones?
¡para que en coro digamos... a la oscuridad vencimos!
En canje deseo tornar esta perenne elegía
y aunque me creáis orate la vida me juego a ultranza,
disparando en vez de balas con mi pluma poesía:
¡para que germinen versos transportando la esperanza!
JAIME IGNACIO JARAMILLO CORRALES
Condorandino
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