FLORITA Y SU POLLO
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EL SOMBRERO CHIVATO
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Tiene un sombrero Florita...
que se cambia de color,
según se cambia el humor
de nuestra linda nenita.
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Rojo cuando está enfadada,
si está contenta amarillo,
y se torna color grillo
si está triste o asustada.
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A Florita no le gusta
este sombrero chivato,
porque muestra sin recato
lo que le alegra o le asusta.
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Ya saben sus amiguitos
el porqué de sus colores,
y a ella le causa dolores
pues, se lo dicen a gritos.
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Sus burlas le hacen llorar
y de vergüenza se muere,
por eso ya no lo quiere,
mas, lo tiene que llevar.
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Porque dice su mamita,
que su delicada piel
se quema si va sin él.
¡Se enfada si se lo quita!.
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-¡No voy a salir de casa,
este sombrero es un rollo!.
Vino corriendo su pollo
y le dijo: -¿¡Qué te pasa!?
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-¡No saldré más a jugar!,
pues mi indiscreto sombrero,
cuenta lo que yo no quiero
a los niños del lugar.
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Se ríen de mí, y no quiero,
y me da mucho coraje,
la culpa es de este malaje;
de este chivato sombrero.
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El pollito le hizo un guiño.
-No te aflijas, corazón,
que tengo la solución.
Y la besó con cariño.
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-¿¡De qué color tú prefieres
que sea siempre el sombrero!?
piénsatelo bien primero
y dime que color quieres.
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-¿¡Tendrá el color que yo quiera!?
Y, ¿cómo lo harás pollito?
¡Quiero que sea muy bonito,
con color de primavera!.
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-En el campo hay muchas flores,
todas ellas juntaremos,
y después lo pintaremos
de muchos, muchos colores.
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-Pollito, ¡cuánto te quiero!
Así estaremos mejor.
No tendrá un solo color...
¡Todos! tendrá mi sombrero.
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Arcoíris fue el sombrero.
Indiscreto, nunca más.
Y, ya Florita jamás
volvió a decir: ¡no lo quiero!.
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Cuando tengas un problema,
¡nunca te rindas!; te digo,
si cuentas con un amigo
pondrá fin a tu dilema.
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Forita tiene a su pollo
como el amigo más fiel,
la solución buscó él,
y, ¡la libró del embrollo!.