Año 524 después de Cristóbal Colón, la acción se sitúa en plena Edad de la Goma que cubre España entera como si toda ella fuera un neumático pinchado que rueda por un pendiente hacia un barranco.
Goman es un perdedor de la crisis económica que ha sido abandonado hace años en la cuneta como a otros millones y millones de personas.
Estos se han convertido con el tiempo en una casta de bárbaros indeseables para las agencias d contratación, servicios sociales, ayuntamientos, fuerzas de seguridad, sobre todo los menos reciclados e inteligentes como Goman.
Goman se aleja de una sociedad que le incomoda, le persigue, le acecha y le excluye, mientras cubo a cubo, paso a paso, crea su huerta ecológica poco a poco, con la firme convicción de renunciar pisar a nadie en su camino para progresar, aunque eso le cueste la vida y el desprecio social. En su ambiente de huerta, flota ese aroma de deserción de otra renuncia, la de los cursos talleres de inserción para formar a desheredados como él, como auxiliares de limpieza para el domestico.
Al pasar por el camino, entre las gomas que gotean en silencio, monótonas y tristes, regando la huerta en silencio siente en su caminar meditabundo sus huellas y su sombra hundirse en las raíces más hispanas, que se funden con los excluidos, harapientos, humillados, que en su desesperación y soledades milenarias, han formado un paisaje de blancas flores que esperan una primavera que haga renacer a quienes no piensen solo en prosperar, y puedan hundir sus pies en la arena dejando una huella eterna y humilde en la tierra.
Angelillo de Uixó