Aparecieron todas las
Calamidades viejas
Cuando escribo poemas:
La lluvia, la neblina,
La nieve, la tormenta,
La mufa, la humedad,
La noche, la mañana,
La escarcha y la sequía
De gran obscenidad.
También aparecieron
Culpables masculinos:
El viento y el tornado
Con el rocío helado,
El ciclón en El Niño,
El huracán amargo,
El trueno y el granizo,
El fuego en el relámpago,
Y el turbio remolino
Del mar del maremoto
Que arrastra los navíos
Al fondo del abismo
Donde no vuelven más.
No sé si haría falta
Que en el decir del día
Mientras escribo algo
Nombrado estas tragedias
Para juntar palabras
Que se alineen en ritmo
Y que se hagan poesía
Aparezca el llorar.
Después de las tormentas
Hay momentos hermosos:
El viento lleva lejos
Los nubarrones negros,
Aparecen los astros,
El sol, el arcoíris,
La luna y las estrellas,
La vida y el clamor.
Es el tiempo de bodas,
De flores en el pelo,
De susurros de besos
Encontrando el amor,
Nacimiento de bebes
Con ilusiones nuevas
Trayendo la esperanza
Para un mundo mejor.