Escóndete bajo la alfombra
estrellada de tu cuerpo
con el olor que emana
el jardín a media luz
una mañana de domingo.
Ven y acuéstate en la sombra
donde el ruido es prospero
y la mirada, la salde este día.
Usa el olfato
y el gusto que tu boca propone
siente el sonar de tus manos
tocando el cuerpo desnudo
de un vaso vacío.