Mil metáforas pasan por mi cabeza
Quiero poder contar de alguna forma más amena
Tanto dolor, tanta tragedia y tristeza
Pero ¿cómo minimizar esto que me desmembrena?
Pude darme cuenta que las lágrimas harían un camino eterno
Pude ver cuántas de ellas bastan para hinchar los ojos
Pude dimensionar cuanto dolor es capaz de provocar un solo humano
Pude ver cómo funcionan y hacen cadenas los corazones rotos
Pude juntar mi rabia y gritarle a Dios que ya parara.
Pero nadie me pregunto si quería poder, todo aquello
No fue opcional pasar por tanto y que todo me matara
Yo no quería ni merecía, aprender nada de eso
Podían de forma más sencilla enseñarme esto mismo.
No, en realidad no, de otra forma no hubiese entendido
No habría como matar todo, mi tan terco positivismo
No estaría mirando mi lado esperanzado fallecido
¿Pero por que la vida debía dispararle a tanto de mi sin piedad?
¿Qué tiene de malo soñar, creer, querer luchar?
No puedo convencerme que esto fue una lección y no brutalidad
Porque yo solo quería pensar que se podía, y avanzar
No era necesario mostrarme así que los sueños no se hacen realidad
O que las personas no son héroes, ni dignas de admirar
Ni que ser felices es solo una leyenda de algunos y no la realidad
O que nadie contestará cuando el dolor me haga gritar
No era necesario enseñarme todo eso de aquella horrible forma
Pero más que cualquier cosa; no entiendo porque estaba mal
Porque creer todo posible y querer volar fue como ir contra una norma
Y anhelar colores en mi destino fue como un crimen mortal.