La señora
Es temprano, medio fresco, apenas abro la ventana.
Aún, me dura el cansancio, preparo el agua, para una
breve ducha , me visto, enciendo la cafetera,
racionalizo la medida de una taza de café, y en
segundos en la calle. Han pasado 20 minutos, ya me estoy
mezclando entre la multitud, como siempre una más, entre tantos...
Me gusta no llamar la atención, pero no ser invisible, mientras pienso...
voy caminando.
Busco un ticket de comida, para mi almuerzo, y como siempre,
me rozo con alguien, apenas levanto la cabeza, una señora
de mediana edad, con algunos años más que yo, eso creo, sigo un trecho,
giro, esa señora me sonrío y apenas le preste atención, y ahora a unos
minutos de chocarla, porque eso fue exactamente lo que hice, me doy cuenta
que se parece a mí, claro más pausada, amable, sonriente.
Sigo y ya estoy llegando, miro la puerta, y otra vez, me topo con alguien,
De nuevo, esta señora, por Dios, que le pasa a esta mujer, pienso, me está
siguiendo, le estoy ofreciendo disculpas, mientras recibo un sobre, de sus
manos , la saludo apurada, y lo guardo (publicidad digo, entre mi), busco la llave de la oficina.
Llego antes que la empleada de la limpieza, retiro el correo del buzón
Cuelgo el bolso en el perchero, tanteo este sobre, antes de intentar
arrojarlo, veo mi nombre en él, estoy asustándome, me acomodo, y abro
la nota, la estoy leyendo, dice...
-Esto no está sucediendo-Pienso en voz alta,
-Has muerto, a las 5.Tomo mi bolso- ¡Esta mujer, me está
preocupando!-.
Salgo, estoy volviendo, voy mirando a mi alrededor- No está, o no la veo-
Llego al departamento y estoy tirada en la cama...
Fin