Esteban Mario Couceyro

El péndulo

Quisiera escribirte hoy, sobre las maravillas de la vida

como ese amanecer lento del verano

donde las estrellas desaparecen

entre murmullos de pájaros.

O la fuerza brutal, del temporal

ignorante del péndulo

que va y viene, del viejo reloj...

ya han dado las diez.

Te conté alguna vez, cuando niño

con qué ansias remontaba barriletes

dueño del viento

y del cielo, atado al piolín.

Hoy, han pasado los años

y el péndulo aún sigue su camino

pero yo cansado de ir y venir

quiero detener ese tiempo.

Ya han dado, justo las diez

y las campanadas

redoblan la angustiosa

lluvia sobre la ventana.

Aparto esa imagen

acordándome de vos

y las maravillas de la vida

que hoy te contaré.

Como aquel día

en que nos encontramos

el brillo de tus ojos

y mi corazón huyendo en torbellino.

Que maravilla, puedo contar

si no la puedo escribir

con estas letras, tan formales

ni la música puede alcanzar.

Deberé inventar, algo

algo que eche a volar

un grito feroz

un ademán, sin igual.

Una maravilla, que asombre

tus ojos brillantes de amor

y no tengas mas que soltar

mi nombre apretado, en los labios.