Mi mirada se pierde en el horizonte,
la quietud del mar
me da la paz que necesito,
una brisa tibia acaricia mi cara,
mis pies se hunden en la arena blanca.
El silencio del atardecer
es mi dulce compania
recordando los momentos mas felices,
con los grandes amores de mi vida.
El sol parece ahogarse en la lejania,
besando la playa tibia todavia,
y el mar con su rumor acaricia
las punzantes rocas
donde las olas dejan su vida.