Esta soledad que recorre e invade mi cuerpo,
con un frío desolador y lágrimas perdidas.
Perdidas en el tiempo en el que tu amor se desvaneció,
partiste junto a todas nuestras risas, peleas y secretos.
Partiste sin mirarme, sin reconocer mi dolor.
Si hubiera sabido que ese era nuestro último beso,
nuestra última risa, nuestro último roce antes
de que todas tus mentiras fueran reveladas.
La soledad sabe amarga, tu ausencia me mata,
revienta mi alma.
Quiero buscarte, pero el dolor me acorrala.
Quiero decirte que te amo, pero…
Esas palabras saben tan frías desde que tú te marchaste.