Viniste tú a llenarlo todo,
a llenarlo todo de color,
coloreaste mi mundo de amor...
Me conquistó tu eterna sonrisa,
tu sensual y atractiva forma de hablar,
tu pasión y tus ganas,
tu generosidad y tu altruismo sin igual,
siempre tan dispuesto a ayudar a los demás,
tus detalles e ilusión constantes,
la luz que emanaban tus ojos al mirarme,
tus sueños y tu determinación...
Hasta que un maravilloso día,
tu dedicación y cuidados,
propiciaron germinará la flor marchita de mi corazón,
tus bellos ojos la iluminaban
y tus dulces manos la regaban,
tus amor y cuidados constantes
hicieron posible el milagro
de ver brotar esa flor marchita,
seca, triste, abandonada a la muerte,
vacia de ilusión y de ganas,...
Trajiste bellos colores,
hermosas melodías a mi vida,
nuevos amaneceres,
nuevos días llenos de vida...