En las anchas cenefas del anhelo
han tejido los hombres su futuro,
aunque a veces los cubra negro velo
su esperanza destruye todo muro.
Nuestros sueños, que cual palomas vuelan,
van cargados de fe, con ilusiones,
son las alas que inspiran, y consuelan
de la vida sus negros nubarrones
El que lucha buscando su quimera
el destino le guarda sus laureles,
mas si pierde coraje, y se rindiera
el naufragio le espera a sus bajeles.
Sueña el niño en su límpida inocencia
con su madre, y su arrullo candoroso,
porque son sus abrazos limpia esencia
del amor mas perfecto y luminoso.
Sueña el hombre tan lejos de su amada
su regreso feliz tan anhelado,
ese sueño le sirve de almohada
y consuela su pecho enamorado.
La doncella que pronto ha de casarse
siempre sueña de ser mas que adorada,
sus suspiros podrían escucharse
en las noches que duerme ilusionada.
Sueña el reo que se haya encadenado
que cortada será ya su cadena,
a su sueño se aferra esperanzado
porque sabe que acaba la condena.
Son los sueños brillante luz prendida,
que se elevan hermosos cual la palma,
son el germen auténtico de vida,
y rocío en la cúspide del alma.
Autor: Aníbal Rodríguez.