Que mi cuerpo muerto, crisantemo
sea alfombra de mi pasión temprana.
Que la tierra en lo hondo me quemo
abrasándome al cielo como nana.
Ceniciento y vivo sobre el suelo
subirá mi al alma en versos
a la flor y sus pétalos en vuelo,
caprichosa en cristal y besos.
Cuando mi voz sea la pregunta
que jamás oyes ni respondes
y mi boca esté con la caracola
mi vida se levantara en punta
hacia el cielo entre paredes
de tierra fértil y estercola.