Una sola palabra,
una sola que tenga tanta poesía,
que se escriba con la esencia del silencio
te desnudaría,
cómo no lo harán jamás, las manos mías;
y si sus letras,
del pensamiento cargan toda influencia
de andado no habrá error en su sendero,
y cómo línea en la hoja a tu alma entraría;
esa corta parte de un inicio
o fin de un argumento,
si su virgen sencillez ata la ilusión
en tus confines puede ser trémulo grito.
Así, esa sola palabra,
tendría que ser tan fuerte cuando se escribe
y dominante como se lee,
le daría voz a la soledad muda;
y sin manos te arroparía, como yo
jamás te he abrigado.