Es tu voz ese vívido milagro
Que llena de alegría el corazón,
Con ese dulce toque del amor
Que irradia de tu boca y de tus manos;
Eres tú esa gran luz que se abre paso
Por esta tan oscura y gris prisión
Y borra de repente aquel dolor:
Nudos de Prometeo encadenado;
Leerte o escucharte es desvelar
El secreto que llevas en tu ser,
La marca de un supremo ideal
Que le otorgó a mi vida tanto bien;
La dicha de tenerte no se irá,
Para siempre a tu lado yo estaré…