La copa que serviste aquel invierno
con suma reverencia y cortesía
es frase que entristece mi cuaderno,
teatro que está lleno de ironía…
El beso que mi boca te dio tierno
rodó con tu licor en demasía.
Me abate tu conducta de galerno
pues le quitas la luz al bello día.
¡El hielo sin medida le pusiste
al vino de mi sangre, está nevado…
dejóme todo el cuerpo estacionado!
No puede mi telar de buen limiste
tejer el cuento bufo de este chiste
ni quiero resbalar en el tablado.