Creí haber encontrado mi tabla de Salvación,
ese motivo para querer seguir adelante,
esa razón para olvidar un pasado gris
y pensar en el futuro con ilusión.
Esa persona con la que compartir
lo bueno y lo malo que esté por venir,
esa alma que abrazar a cada hora,
ese cuerpo que desear cada día.
Pero nuevamente el destino me juega una mala pasada
me da champán y después cazalla
(como dice Joaquín)
Y otra vez estoy aquí
escribiendo sentimientos que no llegarán a ningún lugar
sentimientos que se resisten a abandonar este barco
que solo sabe naufragar.