¿Qué si me gustas? pues no. La verdad es que me encantas,
me encantas como la poesía que pintas cada noche cuando
tus labios como pinceles pronuncian mi nombre,
me encantas por tu hechizo de inocente niña
perversa, por tu ausencia, tus desvelos, preguntas
y deseos. Me gusta curiosearte, saberte, te confundo,
me odias, te vas y te extraño, entonces me enamoras,
en mi mente estas con tu sonrisa perfecta, tus
noches viciosas y tu irresistible mirada, te debo una
noche, te quedas dormida, te miro a distancia y abrazo
a mi almohada. Me gustas para unas noches de agosto,
noches desnudas en junio, a las 6 de la mañana, a las 8
o en la madrugada, escuchando música en tu pecho, sin
permiso, sin derecho, mis manos en tu manos, tu cintura
y tu vientre, chocolate blanco y un beso en la frente,
infinito estoy con tus besos como fumando el perfume de
las flores, como adoro tus labios dulces y tiernos que aún no
beso ni muerdo, tu mente delirante, tu corazón risueño, y tu mágico
intelecto. Mujer perfecta loca, mujer naturalmente interesante, para
ti un ramo de lunares, tulipanes holandeses, insinuaciones amorosas,
palabras en desorden, abrazos en la lluvia, besos en tu cuarto, en tu cuerpo,
tu ombligo, en tus labios... y entonces si el Universo lo quiere seré tu amante
en noviembre y con seguridad tu café para siempre.