Se hospedaron mis ojos en su figura y una explosiva reacción sacudió todo mi ser… marcándole pautas a mí vida, convirtiéndome en pirata.
Desde entonces surcando voy esos mares; navegando en sus sueños, anclando en sus sentimientos y recostándome en la suave arena de tu vientre al bordear sus orillas… dejándole imborrables huellas.
Soy el pirata que el mar de sus pasiones circunda, que sus sentimientos conquista uno por uno y estampa su vida con mis huellas: quien el destino a su mar ha traído.
Su tierno corazón, convertido en sirena, ya canta para mí, el inmenso fulgor de sus ojos alumbran mi destino y sus demás encantos ya me han correspondido. Ahora soy su pirata.
PABEDIZ