Y así la palabra es un arma
que abarca arcaicas sendas de una utopía sacra;
empero, también busca la lucidez del alma
ya que su vestido carne sólo expresó falacia...
Mirá pues que yo con la palabra
anhelo el vuelo al cenit cósmico
y a su vez al nadir más profundo de mi psique.
Ella es un druida, un chamán de la montaña.
La sonrisa anciana y diáfana de un niño.
Una onda onírica emitida por algún sabio.
Ella es belleza, si anda unísona con la naturaleza,
relativamente es fealdad si anda de la mano con la
Sra. oscuridad.
Con ella el hombre quiere ser Dios;
de ser así, \" las palabras se las lleva el viento\".
Hermana de los mantras,
si es verdad en sí misma.
Admiradora del canto de las sirenas; de las ninfas, ondinas y demás fuerzas elementales.
En fin... Ella ansía comprender un viaje a la eternidad
pero si tiene miedo nunca lo podrá lograr.