Raul Gonzaga

Dar el alma sin condiciĆ³n



Una sublime mujer tan bonita
Hoy, ayer, siempre me hace enloquecer,
Inolvidable mujer exquisita
Que tiene seda y tersura y placer;

Es cual sublime y bella lucecita,
Que se parece a un bello amanecer,
Es mi adorada y linda princesita
Que para siempre yo habré de querer;

Hoy yo le digo ese grande secreto,
Que es tan inmenso por ella mi amor,
Que a renunciar aceptaré a lo eterno

Si para mí conservo su calor:
No es nada nuevo dejar lo supremo
Cuando en una mujer ves redención…