La soledad
tan despiadada ella,
no necesita razones ni perdones,
ahí está y no sé va.
Siempre me creí inmortal a ella,
siempre, siempre, siempre
pero entiendo que \"siempre\" nunca es sinónimo de eterno.
La soledad
es bella y escandalosa
o quizá más bien callada y determinante,
no sabría decirlo,
ya tenía mucho de su última visita.
Soledad,
sí contigo me acompaño siempre,
cómo haz de defraudarme.