Aun ahora juro que la noche duerme en tu pelo, acurrucada en esas sabanas negras que se arrojan al viento, aun creo que duermen bajo tu almohada todas las aves, todas las aves y a veces hasta el tiempo.
Aun que en tus ojos yo ya no exista, a mi vienen aun algunas nubes que reclusas y errantes de tu espalda nacieron, vienen a lloviznar alguna noticia tuya, las penas que te afligen y las bellas cosas que ahora te rodean, entonces les despido, pues no pueden detener su paso lento, y se marchan a algún otro lado.
Luego me maldice la madrugada por preguntar por ti a los cirros y me abandona el sueño por la misma razón, con migo enojado.
No importa me digo, el tabaco y el tequila se quedan conmigo, no me hace falta el sueño si pudo pasar la noche inventándote en mi vida, no importa mañana la vida, mañana de alguna forma la hago, pero déjame creer que la noche te despeina y acurrucarme en estas sabanas negras que se arrojan al viento.