El molino
En el campo de llanura inhóspita,
hay un sonido salido del viento,
música que interrumpe la calma.
Las aspas giran, crean vértigo,
cortan el aire una y otra vez.
Desde lejos, un sembrador observa todo,
escucha la melodía y sonríe de esperanza.
En sus manos curtidas pasea el rudo arado,
tan áspera es su marcha y tan dulces
son las marcas dejadas en la tierra,
surcos que apenas nacen,
el hombre los siembra de ilusión,
imagina una sementera verde y una gran cosecha.
Toda una tarde de arduo trabajo duele en el cuerpo,
los caballos también sienten el rigor,
agachan la cabeza, su andar se hace lento
es momento de terminar la jornada,
la tierra queda abierta a la vida.
Mientras tanto, lejos del suelo,
las incansables alas del molino siguen
su vuelo entre azul y nubes.