(1986)
Cómo me gustan las noches...
Las noches en que bebo soledad,
y vivo sólo para sentir,
y que por sentir, vivo.
¡Ah! Las noches en que el gran
estupor no me deja llorar.
Esas noches en las que nadie me percibe,
en las que mi dolor es de felicidad.
Son esas noches en las que no sabes
del gran amor por ti.
En las que no me avergüenza
hablar con Dios, y oírlo.
Las que llegan completamente inesperadas,
y que con gran gusto recibo,
aunque no me dejarán dormir.
Las noches de la embriaguez del alma,
del sueño total.
Noches en las que de pronto pensaba
hacer una canción de amor...
pero en su lugar decidí dártelo todo,
a pesar de que no me dieras nada.
Si… esas noches en las que me conquistas
en mi soledad, y en las que mis errores
no me traen remordimientos,
sino una profunda oquedad.
Es en tales noches en las que quisiera
que te vistieras de mí, para que bebieras
lo que siento, y escucharas mis gritos mudos;
porque no es posible transigir con este
amor estando solo.
Noches en que con risa escribo
que no me avergüenza ser mal escritor,
porque me consuelo con ser gran \"sentidor\".
Y en las que descubro que no tengo
derecho a nada,
pero no dicho con un falso \"martirismo\"
sino con la emoción y el alborozo
de encontrar el camino a la felicidad.
¡Qué extrañas noches!
Cuando el único miedo que aparece,
es el miedo a ser descubierto,
y a que se rompa el encanto
de tan hermosa soledad...