Claro que los caminos
a tus atolladeros
serán más livianos
que la purga de la esclavitud.
Mientras bebemos de la medicina
de la sangre volcándose por los cantares
primero espuma, luego al volcán...
un lobo viejo que no mira sin ver.
el agua lleva a las orillas abundancia en
diamantinas palabras adornadas de totalidad.
Entonces es,
cuando unas garras rasgan el tejido
del umbral
mil luciérnagas se acercan
el cuerpo se desfila por vibrar
tan sólo lo ocupan espacios
de memoria ancestral.
Rugen así las almas
En llamas,
se sube el humo a la atmósfera
entregando también
toda dádiva.
Giramos de lugar,
una danza es el fuego
mientras las miradas estáticas
se asombran por su calor.
Abrimos las palmas
habían semillas
Emprendemos un vuelo
a contravientos
vamos conociendo.
Una gota no contiene nada
solo cae
bébela o se marchará.
No te pierdas de este color
si te fuiste te miro por otro sendero
no hay donde escapar.
Alumbra los caminos la Luna
sostiene una mirada
a los corazones que duelen
pero callan
buscando la veta que los suba a sus brazos.
Esto ha sido por años,
sólo un cuento en un libro olvidado,
o encendido tiempo atrás,
en el mismo fuego...
que lo avivó.
No se acordaron del presente,
donde todo arde,
una pupila experimenta la estela de una luz.
Sos la brasa,
de ese humo.