“Doy lo que puedo y no tengo vergüenza del sentimiento”
MARIO BENEDETTI
Cuento los minutos que se alargan infinitos,
mido los mil pasos que daría hasta el horizonte,
vivo ya diez lustros entregándome al sublime
sueño de ser vida y servidor... sin presunciones.
Me comprometo con el tipo del espejo
con ese mismo a quien me debo sobre todo,
porque ese mismo es confidente y compañero,
mi juez terrible y mi cómplice a mi modo.
Le he dado tregua y vacaciones a lo ajeno;
a las lisonjas alienantes del respeto
de ese respeto que aunque cueste, comprometo
conmigo mismo, aunque a veces sea veneno.
He sido fiel a mis miserias y virtudes,
he dado luz a quien aprende mis lecciones
y me he vestido de emociones y razones
buscando siempre ser genuino, aunque no sin inquietudes.
Y sin embargo nada es todo,
ni nosotros somos nada,
tenemos vidas que nos dan amalgamadas,
la paz interna y el amor por sobretodo.
Renuncio en paz a las ilusas ilusiones
que van privilegiando el “valor” de la apariencia,
me quedo sin embargo, bebiendo de la esencia,
del ser -no parecer- verdad sin abstracciones.
Sopeso desconfiado los logros y fracasos,
pues sé que las derrotas dependen de uno mismo,
así como los logros que abrevan del cinismo
pues son todos mentira si llegan de un plumazo.
Recuento nuevamente minutos infinitos
repaso complaciente los pasos que he dejado…
si veo hacia el horizonte me queda poco tramo
si miro hacia el pasado, ya todo está vivido,
irremediablemente escrito,
pero lo leo,
lo vivo,
lo aprendo
y lo rubrico.
® Derechos Reservados de Autor Rafael Rendón Contreras SafeCreative.org
Código de registro: 1606168155973 Fecha de registro: 16-jun-2016 2:58 UTC