Siempre tu paz, comprensión y amor.
Esas cualidades de tu personalidad.
Son las que habitan en mi ser.
Esa paz que siempre se evidencia en ti.
Esa comprensión por la cual te destacas.
Y ese amor que sé sientes por mí.
¡Cómo entonces no he de ser feliz!
Sé que tú te sientes feliz
por la felicidad que me transmites.
Sabes de mi pasión por ti.
¡Cómo no he de sentir pasión,
si eres lo más bello que existe
en mi vida toda!
Toda mi vida ha estado cubierta
de penas y tristezas.
Son las que más tenemos
en nuestra existencia
la mayoría de los seres.
Pero estando tu paz, comprensión y amor...
Existiendo ellas en mi vida,
me considero un hombre feliz.
Tú y yo felices somos.
No es que nada más
tengamos que pedirle a la vida.
Pero si tú estás en la mía,
como yo en la tuya...
ambos hemos de seguir
siendo felices.
No nos interesa lo material.
Te interesa lo que yo siento por ti.
Me interesa lo que sientes por mí.
Consideramos que nuestro amor,
es lo más importante que tenemos.
Y no estamos errados, amada de mi alma.
De qué vale tener bienes materiales,
si no tenemos lo que tú y yo obtenemos
espiritualmente... y, sobre todo, en nuestras almas.
Almas solitarias las nuestras han sido.
Hasta que nos hemos conocido.
El tiempo y los fracasos no nos han vencido.
Tú y yo sabemos el por qué.
Sólo al mirarnos el uno al otro,
sabemos qué es lo que pensamos,
y así es... es... porque así nos amamos.
¡Con paz, comprensión y amor...!
Derechos de autor
Hugo Emilio Ocanto
16/06/2016