“Cositas sueltas XXXVII…”
Tengo un lugar en mi alma donde descansa mi pena
que brota en el verso, que se empeña en recordarme
el dolor…tengo un corazón que late, que se desespera
porque siempre está presto a entregarse… a la espera
de un verdadero amor.
Yo tengo un pensamiento que anido y un deseo que beso
el de tenerte entre mis brazos y arrullarte con amor intenso
niña de mi universo… ruiseñor de mis silencios, porque te
pienso y te pienso, porque… pensándote te siento.
Acepto mis culpas… mi realidad y mis días
porque me lleno de tu desnudez para tener
un sustento… para no perder el juicio ante
la vida en mis peores momentos.
No te voy a negar, ni siquiera reclamar el abrazo
que te di ayer… porque hoy dulcemente tu cuerpo
he despegado de mi piel… en este bello amanecer
entre dormida tú, murmurando, reclamando un beso
tan satisfecha que enterneces a mi ser.
Y es el sentir de mis versos expresar con palabras
las bellezas de la vida… sobre el amor y los anhelos
cautivar alegrías en las soledades, revivir las esperanzas
perdidas, mantener la fe firme… dándote paz y armonía.
De lo inmenso me conformo con lo estrecho
para estar bien apretado a ti, acurrucados… viviendo
nuestro sentir, para no perder tanto tiempo ni distancias
entre nuestros cuerpos profundizando el sentir.
Del amor alejo la pena… del sentir el desamor
yo quiero que vibre mi cuerpo al sentirte a mi alrededor
del fuego… la llama que quema, del aire lo que intoxica
lo que envenena… quiero suspirar y sentirte gemir
como arde tu pasión en mis venas.
Loco…me llamas loco, porque tu cordura pierdes…
porque cada noche, beso tu vientre y me deslizo
provocando oleajes y a tu piel erizo, porque te hago
flotar aunque descanses en el piso…loco, me llamas loco
porque no dejo de tentar a tus propios instintos.
Nicolás Ramos López