El miraba lejos , a la distancia, sin razón alguna, pensaba , no sabía en qué pensaba como era usual , el solo miraba, miraba a donde no había que mirar, donde la mirada no era una mirada sino un horizonte, de la nada , paso su figura, esas caderas que bailaban con sus pasos , ese todo en un paso, y a su paso el desvió su mirada, el la conocía, el la tuvo en sus brazos y la perdió , el , en su sabiduría que solo se fijaba en el horizonte, la siguió , porque se dio cuenta que ella es su norte, y cuando el hombre se pierde el norte es la salvación, supongo él pensó lo mismo en el caso de su corazón.