Recuerdo mis días de pequeño, cuando tenía algún temor o duda,
siempre estaba a mi lada mi abuelo, y mi padre venía en mi ayuda.
Eran para mi, más grandes que el cielo, y me jactaba de la fortuna,
Por la suerte de tenerlos, a mi lado desde la cuna.
Eran momentos de dicha de infancia, que no se borran de la memoria,
Mi padre y mi abuelo me cuidaban, y me enseñaban a vivir con honra.
Me dieron lecciones imborrables, de fortaleza y voluntad a toda prueba,
Disfrutamos momentos incontables, de felicidad y risas sinceras.
Mas el tiempo cruel, injusto, insensible e implacable, pasa borrando todo lo querido,
Desgastó a mi padre en enfermedades incurables, y se llevó a mi abuelo siendo yo un niño.
Me dejó solo la memoria de aquel tiempo agradable, las imágenes mantienen su colorido,
Serán para siempre recuerdos imborrables, con mis súper héroes favoritos.
Ya mi abuelo no está conmigo, mi padre es una sombra de lo que era,
Pero seguiré feliz por haber tenido, a estos dos fenomenales hombres en mi vida.
Ellos me mostraron el camino, y me dieron las armas para la vida entera,
Y por eso seguiré firme en el sendero, que me mostraron mi padre y mi abuelo querido.