La luz de la alborada
del celo adormecido me despierta,
con golpes de fragancia,
con gritos de belleza
que anulan mi indolente resistencia.
Despliegas tu hermosura
abriendo la corola de tus pétalos,
igual que comisura
de labios, ofreciendo
la miel embaucadora, de tus besos.
Nectario irresistible
para este pobre insecto agasajado
que en tu regazo vive,
ofuscado en tu encanto,
aguardando la muerte, con tu abrazo.
Cecilio Navarro 16/06/2016